Labilidad afectiva
Pero se debe tener en cuenta que hay grandes y pequeños
cuadros de histeria
Manifestaciones
clínicas más comunes en la
histeria-Síntomas
Gran ataque histérico: Este tipo de ataques marca una
época en la historia de las neurosis. Aparece
con un aura que puede presentar trastornos visuales, etc. Se
produce una caída, pero no brusca como en las
epilepsias.
Continúa una fase tónica (endurecimiento del
cuerpo). Sigue una fase clónica (pequeñas
sacudidas, hasta terminar en las convulsiones). En las
epilepsias, en cambio, suelen
morderse, lastimarse la boca y sangrar; no así en las
histerias. Luego de las convulsiones viene la calma. Luego un
período de contorsiones, de trance o pasional, como si
estuviera en escenas eróticas. A veces acompañan
visiones alucinatorias, donde puede haber actividad delirante. No
duran mucho tiempo
generalmente. Este ataque es un síntoma, es una
satisfacción sexual sustitutiva.
Formas menores: Son como variaciones de la gran crisis
histérica. Son más comunes.
Las crisis de nervios: son las más comunes, las
más típicas. Son formas degradadas, camufladas
de la gran crisis. Hay más descarga de lo expresivo,
hay agitación, se expresan las emociones. Puede haber
brote agresivo, y luego que se descarguen que se calmen. En
la descarga emocional se descarga lo erótico y luego
se calman.Las crisis atípicas: Pueden ser:
Crisis Sincopal: El sujeto se siente mal,
palidece y puede incluso desmayarse (pero sin causa
orgánica). Y no hay amnesia de lo que pasó.Crisis extrapiramidal: Hay manifestaciones
motrices, que son equivalentes menores de la gran crisis. Hay
accesos de hipo, de bostezos, temblores, sacudidas
musculares.Estados crepusculares: Estados de
ensoñación, en actividad semiconsciente. Son
distintos a los estados crepusculares epilépticos (en
la epilepsia no hay memoria del hecho sucedido, no hay
recuerdo; en los estados crepusculares de la histeria
sí). Hay debilitación de la conciencia de
vigilia. Hay reducción del campo de la conciencia. Son
como estados hipnoides. Ante algo que el yo no puede
tramitar, entonces el sujeto escinde y vive sus
ensoñaciones en lugar de la realidad. Pero no hay
pérdida de recuerdos (se pueden recuperar).Amnesias paroxísticas: Trastornos de memoria,
más o menos profundos. Lo más frecuente es la
amnesia lacunar (se olvida un acontecimiento penoso). A veces
puede darse amnesia general.Ataques catalépticos: El estado del sujeto no es
amnésico ni está inconsciente totalmente, pero
está inerte (con ojos cerrados o abiertos). A veces
presenta anestesias o sacudidas musculares.Contracturas y espasmos: Especie de parálisis
activas, cuya sistematización es paradójica y
variable. Ejemplo: tortícolis, vómitos,
espasmos óculo-faciales.Anestesias: Se produce en segmentos
recortados por la fantasía, se puede dar en la cara,
en las dos manos o en otras partes del cuerpo. A veces se dan
casos de anestesia total (faquirismo), o fenómenos
raros como algias.Espasmos: Digestivos, imposibilidad de
tragar, náuseas, etc. Cólicos, constipaciones.
Espasmos urinarios, retención. Espasmos genitales,
vaginismo.Algias: Puede haber dolores de
múltiple las localización e intensidad. Es
sospechosa la dramaticidad con la que la persona se refiere
al síntoma.Trastornos tróficos y generales:
Anorexia, constipación, es decir reducciones extremas
o trastornos parciales de los procesos
metabólicos.Trastornos sensoriales: Alteración de
una función sensorial o parte de ella. Ejemplo:
sordera, ceguera, mudez
Breve
introducción al Fragmento de análisis de un caso de
Histeria (1905)
Fragmento de análisis de un caso de Histeria
(1905), también conocido como el caso Dora, pertenece al
volumen VII de
las obras completas de Sigmund Freud. Es
el primer relato de terapia que Freud publica. Es
también la historia de un fracaso, pues Dora abandona el
tratamiento a los tres meses de haber empezado y sin haber
alcanzado la curación.
Con este caso Freud quiere aportar pruebas
definitivas sobre el origen sexual de los síntomas
histéricos y la utilidad de la
interpretación de los sueños para
acceder a los traumas inconcientes.
El círculo familiar de Dora, cuyo nombre real era Ida
Bauer, estaba formado por su padre, Philip Bauer, un
próspero industrial que había sido tratado por
Freud de sus dolencias sifilíticas. Además, su
madre, Katharina Gerber, a quien Freud diagnostica la "psicosis del ama
de casa" que consiste en la obsesión neurótica por
la limpieza, y un hermano mayor, Otto Bauer, del que Dora siempre
tendrá muy buena opinión.
El padre de Dora sufre de una tuberculosis
cuando ella tiene 6 años. La familia se
traslada a B., donde conocen a los K. Aparentemente se trataba de
una relación convencional entre familias burguesas: La
señora K. había cuidado de Philip Bauer durante su
enfermedad por lo cual le estaba muy agradecido, Dora cuidaba con
cariño de los dos hijos del matrimonio K y el
señor K. sentía un afecto muy grande por Dora.
El padre de Dora pide a Freud que trate a su hija pues
presenta los síntomas de una pequeña
histeria: dificultades para respirar o disnea, tos nerviosa,
afonía, jaquecas, desazón, insociabilidad, tedio vital y
amagos histriónicos de suicidio.
Los signos
principales de la enfermedad de Dora eran:
Problemas con los padres.
Desazón y alternación del
carácter.Presencia de síntomas somáticos (tos,
afonía, jaquecas, etc.)
Freud plantea que la histeria se asienta en ciertas
condiciones psíquicas:
Trauma psíquico.
Conflicto de los afectos.
Conmoción de la esfera sexual.
PRIMER EPISODIO DE DORA CON EL SR. K. "EL
EPISODIO DEL BESO"
Dora le cuenta a Freud que cuando ella tenia 14
años, el Sr. K. le había pedido que fuera a su
comercio, también iría la Sra. K. Esta
petición fue realizada para presenciar una fiesta
religiosa. Cuando Dora llega al comercio, el Sr. K estaba
solo, la hizo esperar dentro, subida a la escalera mientras
él cerraba la tienda, cuando llega a su lado, la
abrazó y la besó en la boca. Dora sintió
repugnancia y una reacción de asco. Así, Freud
concluye que ya con catorce años era Dora una
histérica pues. "Ante toda persona que en una
ocasión favorable a la excitación sexual
desarrolla predominante o exclusivamente sensaciones de
repugnancia, no vacilare ni un momento en diagnosticar una
histeria, existan o no síntomas
somáticos." (Pág. 946 y 947)
Freud afirma que aquí se ha producido un desplazamiento
de la sensación ya que en lugar de la sensación
genital que en tales circunstancias habría tenido que
sentir Dora, le sobreviene la sensación de displacer
propia de la mucosa del tramo de entrada del aparato
digestivo. Aquí influyó sobre esta
localización la excitación de los labios por el
beso; el asco no paso a ser en Dora un síntoma permanente,
aunque comía mal y confesaba cierta repugnancia por los
alimentos,
aquella escena había dejado tras sí otra secuela,
una alucinación sensorial que de tiempo en tiempo le
sobrevenía. Dora aseguraba que seguía sintiendo la
presión
del abrazo del Sr. K sobre la parte superior de su cuerpo.
Freud opina que durante el apasionado abrazo Dora no
sintió solamente el beso sobre sus labios, sino la
presión del miembro erecto del Sr. K. contra su vientre.
Esta percepción
fue eliminada en el recuerdo, fue reprimida y sustituida por la
inocente sensación de la presión en el
tórax, aquí hay otro desplazamiento, del sector
inferior al sector superior del cuerpo. Este episodio dejó
tal huella en Dora que no quería pasar junto a
ningún hombre a quien
viera hablar animadamente con otra mujer.
A raíz del episodio del beso, Dora presenta tres
síntomas:
El asco: síntoma de la represión de la zona
erógena de los labios. Esto adquiere sentido al
postular que Dora tendría una fijación oral,
producto del chupeteo infantilLa sensación de presión en la parte superior
del cuerpo: la presión del miembro erecto tuvo
probablemente por consecuencia una alteración
análoga en el correspondiente órgano femenino
(clítoris), y la excitación de esta segunda
zona erógena quedó fijada en el tórax
por desplazamiento sobre la simultánea
sensación de presión.El horror a los hombres en una animada
conversación: mecanismo de fobia destinado a
protegerse contra la percepción reprimida (la
excitación sexual).
SEGUNDO EPISODIO DE DORA CON EL SR. K. "EL
EPISODIO DEL LAGO"
En la residencia de verano de los K. ocurrió un
suceso que según le manifestó el padre a Freud
desencadenó los síntomas de Dora
(depresión de ánimo, excitabilidad e ideas de
suicidio): Dora le cuenta a su madre que durante un paseo por
el lago con el señor K. este le había realizado
una propuesta amorosa. A raíz de éste suceso
Dora le pide a su padre que rompa toda relación con
los K. (Pág.945)
Cuando el padre y el tío de Dora pidieron
cuentas de su
proceder al inculpado en una inmediata entrevista,
éste negó rotundamente tal acusación y
empezó a arrojar sospechas sobre la muchacha, quien,
según lo sabía por la señora K., sólo
mostraba interés
por asuntos sexuales y aun en su casa junto al lago había
leído la Fisiología del amor de
Mantegazza. Probablemente, encendida por tales lecturas, se
había «imaginado» toda la escena por la que
ahora lo culpaban a él.El padre consideraba que toda la
escena no era mas que una fantasía de Dora, por ese motivo
se rehusaba a romper relaciones con el señor K., y en
particular con la señora K., además el padre le
cuenta a Freud que lo une una sincera amistad con la
Sra. K. quien es muy desdichada con su marido. "No necesito
decirle a usted que, dado mi mal estado de
salud, esas
relaciones mías con la Sra. K. no entrañan nada
ilícito. Somos dos desgraciados para quienes nuestra
amistad constituye un consuelo. Ya sabe usted que mi mujer no es
nada para mi."(Pág.945)
Según Freud en la vivencia de Dora con el señor
K. (en el requerimiento amoroso de este y la consecuente afrenta)
estaría el trauma psíquico, condición
indispensable para la génesis de un estado
patológico histérico. Una parte de estos
síntomas -la tos y la afonía- ya se habían
manifestado.
Los trastornos psicosomáticos en el momento de la
terapia con Freud y su carta de suicidio
tenían por objeto llamar la atención no del señor K. sino de su
padre. Freud está convencido de que si el padre le dijese
que abandonaba a la señora K. por ella, Dora
sanaría por completo. Pero si el padre no cedía
Dora no habría de abandonar su enfermedad. El
histérico, dice Freud, se acostumbra a la
enfermedad, acaba necesitándola:
"El que pretenda sanar al enfermo tropieza entonces, para
su asombro, con una gran resistencia, que
le enseña que el propósito del enfermo de abandonar
la enfermedad no es tan cabal ni tan serio. Imagínese a un
trabajador, por ejemplo a un albañil, que ha quedado
inválido por un accidente y ahora se gana la vida
mendigando en una esquina. Un taumaturgo se llega a él y
le promete sanarle la pierna inválida y devolverle la
marcha. No debe esperarse, yo creo, que se pinte en su rostro una
particular alegría. Sin duda alguna, se sintió en
extremo desdichado cuando sufrió la mutilación,
advirtió que nunca más podría trabajar y
moriría de hambre o se vería forzado a vivir de la
limosna. Pero desde entonces, lo que antes lo dejó sin la
posibilidad de ganarse el pan se ha trasformado en la fuente de
su sustento: vive de su invalidez. Si se le quita esta,
quizá se lo deje totalmente inerme; entretanto ha olvidado
su oficio, ha perdido sus hábitos de trabajo y se
ha acostumbrado a la holgazanería, quizá
también a la bebida."
Freud percibe que Dora es incapaz de aceptar la
relación de la señora K. con su padre, un adulterio
manifiesto. Dora criticaba a su padre diciendo que este no era
sincero, además creía que era ofrecida por su padre
al señor K. de modo que él pueda continuar su
relación con la señora K. En este momento de la
terapia Freud observa que tras estos reproches aparentemente
justificados se encuentran una serie de reproches contra si
misma. El padre no quería enterarse del verdadero carácter de la conducta de K.
para con Dora para no verse perturbado en sus relaciones amorosas
con la Sra. K. Dora se hizo cómplice de tales relaciones,
las exigencias de ruptura que le planteaba a su padre databan
solo de una aventura con K. en la excursión al lago.
Primer
sueño
"Hay fuego en casa. Mi padre ha acudido a mi alcoba a
despertarme y esta en pie al lado de mi cama. Me visto a toda
prisa. Mamá quiere poner aun en salvo el cofrecito de sus
joyas. Pero Papá protesta: "No quiero que por causa de su
cofrecito ardamos los chicos y yo". Bajamos corriendo. Al salir a
la calle me despierto" (Pág. 967)
Dora no recuerda cuando comenzó su sueño, pero
lo soñó tres noches seguidas durante su estancia en
L. (localidad junto al lago). Luego volvió a tenerlo
durante unas noches en Viena.
Freud plantea que todo sueño es un deseo al que se
figura cumplido. Cuando se trata de un deseo reprimido, la
figuración es encubridora.
Según Dora su sueño se da por:
Una discusión que tiene sus padres, dado que la
madre cierra con llave el comedor por las noches y la
habitación de su hermano no tiene otra salida. El
padre no quiere que su hijo se quede encerrado en caso de una
urgencia.Cuando llegan a L. el padre expreso su temor a un
incendio, ya que cuando llegan a la localidad había
una fuerte tormenta y la casa que iban a habitar era de
madera y no tenía pararrayos.
Según Freud, el sueño había sido una
reacción al suceso de Dora y el Sr. K. en el lago. Luego
del paseo con K., Dora se recostó en el sofá de la
habitación del matrimonio; cuando despierta ve a K. de pie
junto al sofá (como en el sueño a su padre al lado
de la cama). Para evitar ser sorprendida nuevamente Dora le pide
a la Sra. K. la llave de su cuarto y a la mañana siguiente
(segundo día) cerro la habitación por dentro
mientras se vestía. Pero a la hora de la siesta cuando
quiso volver a cerrar su habitación, no encontró la
llave en su sitio. Dora asegura que fue K. quien la quito.
K. le había regalado a Dora un cofrecillo (cofrecillo
sirve para denominar los genitales femeninos). Freud interpreta
que Dora, ante el obsequio del Sr. K. ella teme caer en la
tentación de retribuírselo (deseo reprimido), de
manera que se refugia en el antiguo amor por su padre. Es
así como Dora, ante el peligro, se figura a un padre
"salvador", es decir, convoca al amor infantil por el padre como
protección contra la tentación actual, el deseo
inconciente infantil intenta realizarse en el presente a
través del sueño; la situación fantaseada
repite una situación infantil.
Este sueño confirma que Dora, se esfuerza en despertar
de nuevo su antiguo amor a su padre, para defenderse contra
el amor de K.
Esto demuestra que no solo le teme a K, sino también a
ella misma y a ceder a sus deseos.
Con respecto al cofre que la madre quería poner a
salvo; la madre era muy aficionada a las joyas, el padre se las
regalaba. En una ocasión el padre le regalo a la madre de
Dora una pulsera que no era del agrado de la mujer, ya que
la madre quería unos aros en forma de gotas
(Pág.970), Dora gustosamente la habría aceptado.
Aquí Freud interpreta que Dora estaría dispuesta a
dar a su padre lo que su madre le negaba o se rehusaba a
tomar.
Freud relaciona el sueño con la enuresis que presentaba
Dora y su hermano cuando niños,
de manera que el contenido del sueño responde a una escena
infantil. Luego relaciona esta situación la
masturbación infantil, pues plantea que, los
síntomas histéricos casi nunca se presentan
mientras los niños se masturban, sino cuando dejan de
hacerlo, de manera que el síntoma pasa a ser un sustituto
de esa satisfacción. Así sería como aparecen
en Dora los primeros síntomas.
Es posible que Dora haya espiado a sus padres, y con la
coexcitación, Dora haya sustituido su inclinación a
la masturbación por la angustia. Al estar el padre
ausente, a la niña enamorada se le repitió aquella
impresión como un ataque de asma.
Para Freud, Dora tendría una fantasía referente
a la enfermedad, en la cual su padre enfermo habría
contagiado a su madre y luego a ella, de manera que la tos
sería una imitación de la que sufre su padre
(sentimientos de culpa del padre por la enfermedad). Freud
plantea que debió existir una tos real, la cual se
habría fijado por afectar una zona erógena de
fuerte significación. Con la escena del lago y el peligro
que implica el Sr. K., la libido se volcó nuevamente hacia
el padre, con lo que el síntoma adquiere un nuevo
significado: la figuración del comercio
sexual con el padre en la identificación con la Sra.
K.
Segundo
Sueño
"Voy paseando por una ciudad desconocida y veo calles y
plazas totalmente nuevas para mi. Entro luego en una casa en la
que resido, voy a mi cuarto y encuentro una carta de mi madre. Me
dice que habiendo yo abandonado el hogar familiar sin su
consentimiento no había ella querido escribirme antes para
comunicarme que mi padre estaba enfermo. Ahora ha muerto, y si
quieres puedes venir. Voy a la estación y pregunto unas
cien veces "¿donde esta la estación?". Me contestan
siempre lo mismo: "cinco minutos". Veo entonces ante mi un bosque
muy espeso. Penetro en el y encuentro a un hombre al que dirijo
de nuevo la misma pregunta. Me dice: "todavía dos horas y
media". Se ofrece a acompañarme. Rehúso y
continúo andando sola. Veo ante mi la estación,
pero no consigo llegar a ella y experimento aquella angustia que
siempre se sufre en estos sueños que nos sentimos como
paralizados. Luego me encuentro ya en mi casa. En el intervalo
debo haber viajado en tren, pero no tengo la menor idea de ello.
Entro en la portería y pregunto cual es nuestro piso. La
criada me abre la puerta y me contesta: su madre y los
demás están en el cementerio." (Pág.
985) "En una plaza veo un monumento" (Pág.
986)
Según Freud, las imágenes
de nuevos paisajes desconocidos por Dora, se deben a la
estimulación de las fotografías de un álbum
que le habían obsequiado a Dora para Navidad, con
vistas de un balneario alemán. El mismo día del
sueño lo había sacado de una caja en que guardaba
multitud de estampas y fotografías para
enseñárselos a unos parientes. Por tal motivo Dora
le pregunta a su madre "¿Dónde esta la
caja?" (En el sueño Dora pregunta ¿Donde esta
la estación?). (Pág.986)
Además esa misma noche en la cena familiar, un pariente
había realizado un brindis por el padre de Dora,
expresando el deseo de que gozara de buena salud por muchos
años. Dora había visto desdibujar en el rostro de
su padre una contracción melancólica y había
adivinado las tristes ideas que en el despertaban tales deseos.
(Pág.987)
Con respecto a la carta, Freud
le hace notar a Dora la relación con la nota que ella
dejara en su habitación, explicando sus deseos de
suicidio. En ambas notas, ella abandonaba a sus padres (yendo al
extranjero o suicidándose), ocasionando una pena muy
grande en su padre y quedando así ella vengada.
Por otra parte, tras la primera situación del
sueño se oculta la fantasía de desfloración.
En el análisis y ante la insistencia de Freud para que
recordara mas detalles sobre la escena del lago con K. Dora
recuerda que luego de la proposición que éste le
hace, ella quiere regresar rodeando el lago y le pregunto a un
hombre cuanto tardaría en llegar y le respondió
"Dos horas y media" (misma respuesta que recibe en el
segundo sueño al preguntar cuanto le falta para llegar a
la estación) El bosque del sueño era
idéntico al que cubría las orillas del lago, pero
un día antes del sueño Dora había visto un
cuadro con un bosque análogamente parecido al del lago y
donde además mostraba varias figuras de ninfas.
(Pág.988) Según el análisis que hace Freud,
"ninfas" es un termino poco utilizado para designar los
pequeños labios del genital femenino, que se encuentran
situados "detrás del espeso bosque" (aquí hace
alusión al vello púbico). A raíz de este
análisis Dora recuerdo otro fragmento del
sueño:
"Voy tranquilamente a mi cuarto y me pongo a leer un
libro muy
voluminoso que encuentro encima de mi escritorio"
(Pág.989) Esto demuestra que al estar sola en su casa ya
que todos se encontraban en el entierro del padre, Dora
podía leer sin interrupciones cualquier tipo de libro,
inclusive los de anatomía humana.
Aparece luego un nuevo elemento, que Freud relaciona con
lecturas prohibidas de la infancia. Un
primo de Dora sufrió una apendicitis y ésta
averiguo de una enciclopedia los síntomas de la
enfermedad. Aparece entonces que 9 meses después de la
escena del lago, Dora sufre una supuesta apendicitis, que deja
como secuelas algunas dificultades para caminar (arrastraba el
pie derecho). Freud plantea que la neurosis se apropio de la
enfermedad para usarla como una de sus manifestaciones, de manera
que Dora se habría procurado una enfermedad por la lectura de
un artículo acerca del embarazo y el
nacimiento, posterior a la escena con el Sr. K. Por tanto, la
apendicitis 9 meses después de dicha escena no era otra
cosa que la fantasía de parto,
mientras que el problema del pie (formado en base a un modelo
infantil) simbolizaba el "mal paso" ligado a la misma escena.
Este es, según Freud, el sueño de la
curación pues en él Dora se abre a otros amores
aparte del morboso que tiene hacia su padre. Es evidente, por
cierto, el simbolismo sexual del bosque. El sueño
aporta además material para aclarar la relación con
el señor K. Freud descubre que el motivo por el que Dora
sintió asco hacia él fue verse tratada del mismo
modo en que el señor K. trató a una institutriz con
la que había tenido una aventura y a la que había
despedido. Sintió, por tanto, que era tratada como si
fuera del servicio. Este
hecho es muy interesante porque la propia Dora, debido a la
transferencia, se venga en Freud del señor K., abandonando
el tratamiento y tratándolo como si fuese un empleado.
Freud, por su parte, en esta etapa temprana del psicoanálisis, realiza una
contratransferencia y la identifica con su vieja y odiada
institutriz. Su venganza consistirá en dejar que Dora
abandone el tratamiento sin haberse curado.
Observaciones
Edad de Dora | Antecedentes Relevantes. | |||||
6 años | El padre enferma de tuberculosis. La familia se | |||||
7 años. | Enuresis | |||||
8 años | Disnea (asma) | |||||
10 años | El padre sufre un desprendimiento de retina | |||||
12 años | El padre sufre un ataque de confusión y es | |||||
14 años | Escena del beso de Dora y el Sr. K. | |||||
16 años | Dora acude por primera vez al consultorio de Freud. | |||||
17 años | Dora sufre una supuesta apendicitis (9 meses La familia de Dora abandona B. y se trasladan donde | |||||
18 años | La familia se traslada a Viena. Intento de suicidio. |
Los Bauer habían tenido una cuidadora de niños
con la que Dora se llevaba muy bien hasta que descubrió
que estaba enamorada de su padre. En ese momento sólo pudo
verla como una rival y la hizo despedir. Siempre que el padre
estaba en casa la cuidadora era amable con los niños pero
no mientras el padre estaba ausente. Esto hizo pensar a Dora que
ella se comportaba del mismo modo con los hijos del señor
K.
Es habitual en la histeria el uso de la enfermedad para llamar
la atención. Dora había heredado de la familia de
su padre este desagradable trastorno. Atendiendo a las fechas en
que padecía ataques de tos con afonía o dolores de
estómago era evidente que coincidían con la
ausencia del señor K., lo cual significaba que utilizaba
esos males para atraer su atención.
Para continuar avanzando en el inconsciente de Dora, Freud se
vale de una de sus teorías
más peculiares. Afirma que un síntoma corresponde
siempre a la figuración de una fantasía sexual.
Tomando esta hipótesis como punto de partida Freud
intenta explicar las razones de la tos y la afonía de
Dora. Dora sabe que su padre es impotente y sospecha, por tanto,
que las relaciones con la señora K. incluyen sexo oral. La
atracción inconsciente de Dora por su padre había
generado el síntoma de la tos como fantasía
sustituta del trato sexual con su padre. En esa fantasía
ella ocupaba el lugar de la señora K. lo que significaba
que se sentía más atraída por su padre de lo
que estaba dispuesta a reconocer. Esta interpretación se
apoya además en el hecho de que Dora estaba más
próxima a su padre que su propia madre, era, puede decirse
así, la niña de sus ojos. Cuando apareció la
señora K. quien perdió su posición de
privilegio no fue la madre de Dora sino la propia Dora.
A continuación Freud le explica a Dora que sus
sentimientos hacia su padre son un modo de poner freno a la
atracción evidente que siente por el señor K. Y
aunque ella, en un principio se niegue a tal teoría,
Freud afirma que
"En modo alguno se oponía a mis expectativas el que
yo provocase en Dora la más terminante
contradicción al exponerle de esta manera las cosas. El
«No» que se escucha del paciente tras exponer por
primera vez a su percepción conciente los pensamientos
reprimidos no hace sino ratificar la represión y su
carácter terminante; mide su intensidad, por así
decir. Si uno no entiende ese «No» como la
expresión de un juicio imparcial, del cual por cierto el
enfermo es incapaz, sino que lo pasa por alto y prosigue el trabajo,
enseguida se obtienen las primeras pruebas de que
«No» en estos casos significa el deseado
«Sí». Ella confesó que no podía
guardar, hacia el señor K. la inquina que este
merecía. Contó que un día lo había
encontrado por la calle, estando ella en compañía
de una prima que no lo conocía. La prima exclamó de
pronto: «¡Dora, ¿qué te pasa? Te has
puesto mortalmente pálida!». En su interior no
había sentido nada de ese cambio, pero le expliqué
que los gestos y la expresión de los afectos
obedecían más a lo inconciente que a lo conciente,
y lo dejaban traslucir. Otra vez, tras varios días en que
había mantenido un talante alegre, acudió a
mí del peor humor. No podía explicarlo; se
sentía contrariada, declaró; era el
cumpleaños de su tío y no se resolvía a
felicitarlo; no sabía por qué. Mi arte
interpretativo estaba embotado ese día; la dejé
seguir hablando y de pronto recordó que hoy era
también el cumpleaños del señor K., hecho
que yo aproveché en su contra. Tampoco fue difícil
explicar por qué los magníficos obsequios que le
hicieran algunos días antes para su propio
cumpleaños no le causaron ninguna alegría. Faltaba
un obsequio, el del señor K., que evidentemente antes
había sido para ella el más valioso."
La raíz de la preocupación compulsiva de Dora
(la relación de su padre con la Sra. K. es desconocida
(inconciente). Con su exigencia de que el padre dejara a la Sra.
K., Dora ocupaba el papel de mujer celosa, el de esposa
más que el de hija. Por otra parte, con su tos, como
fantasía sexual referente al padre, Dora ocupaba el lugar
de la Sra. K. Esto lleva a Freud a la conclusión de que
Dora se sentía inclinada hacia su padre y que este era el
pensamiento
inconsciente, su deseo reprimido.
Sin embargo, Freud postula más tarde que Dora
sentía una inclinación por el mismo sexo, de manera
que era a la Sra. K a quien quería. Freud plantea que en
neuróticos se observa una fuerte disposición
homosexual en neuróticos, debido a que, la
inclinación a hacia los hombres (en el caso de Dora)
está fuertemente reprimida, por lo que la corriente
homosexual está generalmente reforzada.
Ambas ideas son planteadas desde lo postulado por Freud acerca
de la bisexualidad que existe durante la infancia.
Los afectos de Dora hacia su padre y el señor K. se
complican cuando Freud dice que no puede dejar de mencionar algo
que "no podrá menos que enturbiar y borrar la belleza
y poesía" del conflicto que
Dora experimenta. Se refiere Freud a la homosexualidad
latente de Dora. Ella y la señora K. estaban muy unidas
hasta que el padre de Dora ocupó su lugar. Cuando Dora
habla de la señora K. y alaba su "cuerpo
deliciosamente blanco" parece más una enamorada que
una rival vencida. Quien realmente había traicionado a
Dora era la señora K. (Pág.966)
En una de las sesiones Freud nota algo diferente en la
paciente:
(.)"Por primera y ultima vez en el tratamiento trajo
colgado del antebrazo un bolsillo de piel, con el
que empezó a juguetear mientras hablaba, abriéndolo
y cerrándolo, metiendo en el un dedo, etc. Observe durante
un rato este manejo de la paciente y le explique después
el concepto del acto
sintomático"(.)
En este párrafo
podemos darnos cuenta claramente como la paciente alude al acto
de la masturbación. Dora acusa a su padre de transmitirle
hereditariamente la enfermedad (catarro genital).Freud indica que
Dora se habría entregado a la masturbación en sus
años infantiles, pero ella lo niega rotundamente. Con esta
escena ocurrida, Freud lo afirma.
Parte del primer sueño continúa con el segundo
sueño hasta la última sesión.
En el primer sueño, el del incendio, Freud nos dice que
ya estaba allí la renovación del deseo de escapar a
un peligro. Renovación porque en la casa del lago
quería escapar al peligro de ser sorprendida en su
dormitorio por el Sr. K
Al poco tiempo, el segundo sueño, Freud satisfecho de
la labor de interpretación que le hace, que de nuevo
conduce al Sr. K como objeto del amor de Dora, concluye
manifestándole a Dora su satisfacción por el
trabajo hecho, Dora responde
"No veo que haya salido a la luz nada de
particular"
Cuando Dora vuelve a la siguiente sesión le comunica
solo que va a marcharse. Tras esto interrumpe el tratamiento.
Lo que sigue en el relato de Freud es absolutamente
conmovedor, hay una secuencia:
a) el relato de la última sesión:
(Pág.992)
– "¿sabe Ud., Dr., que hoy es la
última vez que vengo aquí?
– ¿cómo voy a saberlo si hasta hoy no me ha
dicho Ud. nada que pudiera hacérmelo
prever?
– Si, resolví seguir viniendo hasta año
Nuevo, pero ni un día más. No quiero
esperar
por más tiempo la curación.
– Ya sabe Ud. Que puede interrumpir el tratamiento cuando
quiera. Pero hoy vamos a trabajar todavía
¿cuándo tomó Ud. esa resolución?
[…] "
b) seguido del relato del efecto que le produjo:
(Pág.995)
– "Sabía muy bien que Dora no volvería a mi
consulta. La inesperada interrupción
del tratamiento, cuando mis esperanzas de éxito
habían adquirido ya máxima
consistencia, destruyéndolas así de golpe,
constituía por su parte un indudable acto de venganza
[…]. Quien como yo despierta a los perversos demonios que
habitan, imperfectamente domados, un alma humana,
para combatirlos ha de hallarse preparado a no salir indemne de
tal lucha. Surge aquí la cuestión de si hubiera
quizá logrado retener a la paciente prestándome a
desempeñar un papel insincero, esto es, exagerando el
valor que para
mí habría de tener la continuación del
tratamiento y mostrando a Dora un calurosos interés […]
Pero teniendo en cuenta que una parte de los factores que se
oponente en calidad de
resistencia, permanece siempre y en todo caso incógnito he
huido constantemente de toda insinceridad, contentándome
con ejercer desinteresadamente el arte
psicológico".
c) e inmediatamente se compara con el Sr. K:
– "No sé tampoco si el Sr. K hubiera conseguido
más […] "para concluir con que el
amor, a veces, vence las resistencias
pero, a veces, las refuerza.
En el epílogo tras exponer su teoría de la
transferencia nos dice que así como en la
primera transferencia, en la que él ocupaba para Dora
el lugar de su padre, no tuvo
dificultades, sí se dejó engañar cuando
en el primer sueño aparece Freud ocupando el lugar del Sr.
K y que por ello no hizo la interpretación debida
"¿Ha observado en mí algo que le lleve a pensar
en que voy a forzar su inclinación, como hizo antes con el
Sr.K?" Y que tampoco supo interpretar a Dora su impulso
amoroso homosexual hacia la Sra. K, tan presente en el segundo
sueño, porque no había descubierto la importancia
de esta corriente de sentimientos en los neuróticos.
En su conclusión nos da:
– Las condiciones de impotencia en las que se ve sumido el
médico cuando aparece la transferencia negativa "En
aquellos casos en los que el enfermo transfiere sobre el
médico […] impulsos de crueldad y motivos de venganza
[…] no podemos extrañar que el estado del
enfermo no aparezca influido por la labor terapéutica.
¿qué venganza mejor para el enfermo que mostrar en
su propia persona
cuán impotente e incapaz es el médico?"
– Pero también nos da la salida a este problema:
desligarlos de su persona –la del médico,
retrotrayéndolos a sus fuentes.
Conclusión
A medida que realizamos el trabajo pudimos corroborar que
definitivamente se trataba de una neurosis de histeria, ya que
todos sus síntomas se sitúan en el cuerpo de la
persona.
Debemos tener en cuenta que en toda neurosis hay un grado de
angustia, de duda, el paciente lo vive, lo padece, a pesar de no
saber su diagnostico.
En el caso de Dora podemos afirmar que todas estas
características que se presentan en una neurosis (en este
caso de histeria) surgen a medida que transcurren las
sesiones.
El mecanismo de defensa de las neurosis es la represión
que en el caso de dicha paciente falla y vuelve en forma de
síntoma (por ejemplo la tos, la afonía, disnea,
etc.) como también en los dos sueños que encierran
todo aquello que Dora sentía, condensándolo y
desplazándolo hacia el mismo.
Cabe preguntarnos: ¿Qué o quien es Dora?:
una joven con enamoramientos incestuosos u homosexuales,
reprimidos e inconscientes, que promueven su repetida
sintomatologíauna chica incluida en varias triangulaciones que se
superponen, un punto débil de un sistema complejo y
disfuncional, el chivo expiatorio de toda esta trama
vincular
Como futuros profesionales también debemos preguntarnos
y tener presente:
¿de quién es la responsabilidad del
enfermar?¿hasta dónde o hasta quiénes, se
puede extender la responsabilidad de la cura?¿qué es enfermedad?
lo que los parientes del enfermo informan, casi siempre,
es un cuadro muy desfigurado del curso de la enfermedad.debemos prestar tanta atención a las condiciones
puramente humanas y sociales de los enfermos como a los datos
somáticos y a los síntomas
patológicos.Por sobre todo, no debemos olvidar darle interés a
las relaciones familiares de los enfermos. Y ello no
sólo en razón de los antecedentes hereditarios
que es preciso investigar, sino del tipo de vínculos
que hay en ese sistema.
Al mismo tiempo consideramos, si esa frase del padre de Dora a
Freud, "Procure usted ahora ponerla en buen camino" no
es digna de un "papá-Estado" que procura "internar"
(dentro del consultorio de Freud) a una "hija-loca" que perturba
el orden con sus "locuras" (desmayos, amenazas de suicidio,
etc.), que se ha transformado en un obstáculo para un
orden establecido, al mismo tiempo que es producto de un
desorden. Por eso es que el padre pide la consulta, para darle el
aspecto de una "cura" a lo que parece más bien un
propósito de dominación.
Destacamos que Freud le ofreció a Dora, como chica
hambrienta de amor lo que ella necesitaba, es decir, alguien que
se ocupara de ella y le brindara un contexto adulto y contenedor,
para escuchar y entender sus dolores y demandas.
Deberíamos explorar la relación del Complejo de
Edipo así construido con las complejas situaciones que se
generan cuando los padres no se hacen cargo de sus
responsabilidades, biológicas, familiares, sociales, y
éticas, como ocurre con los padres de Dora.
Sin obtener la cura, Dora decide abandonar el tratamiento, ya
que no podía esperar mas tiempo por ella, sentía
que el invertido hasta ese momento era suficiente. Por eso el
caso queda inconcluso para Freud dejándole una
sensación de vacío sobre una transferencia
negativa.
Podríamos reformular esa transferencia como un comportamiento
de Dora con un Freud al que no le perdona que ocupe
estructuralmente, un lugar del que éste no atina o no
tiene tiempo de salir, el de la persona que (con una verdadera
similitud con el Sr. K.) tenía la misión
encomendada por el padre de impedir las interferencias de
ésta en su relación con la Sra. K.
Esto nos alerta de que tenemos que estar atentos en la
clínica no sólo a la transferencia del paciente,
sino también la que hace la familia del mismo sobre
nosotros.
Bibliografía
Sigmund Freud-Obras completas Volumen 5-
Análisis fragmentario de una histeria- Hyspamerica
Ediciones Argentinas S.A.Ficha de la cátedra-Neurosis
Enciclopedia wikipedia
Articulo "Estudio comparativo en torno del
Caso Dora" , Revista online Perspectivas Sistémicas,
publicado el 15/08/2007
Autora:
Roxana Torre
Argentina, 2009
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